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14. San Jorge: patrono

14. San Jorge: patrono

Se puede demostrar que en el reino Franco merovingio ya se veneraba a san Jorge en el siglo VI. Sin embargo, no fue hasta la Alta Edad Media, la época de las cruzadas y de la caballería, que se extenderá el culto en Europa.

San Jorge se convirtió en el protector de los cruzados en la conquista de Jerusalén (15 de julio de 1099). Como miles Christi, es decir, 'militar de Cristo', se convirtió en santo patrón de los caballeros y soldados, y en santo protector de algunas órdenes religiosas militares, como la Orden Teutónica (siglo XII) o los templarios.

Hacia el siglo XII, la leyenda áurea se extendió por Europa. En los últimos siglos de la Edad Media, san Jorge se convirtió en patrón de ciudades, burgos y casas nobles.

En la Edad Media san Jorge pasó a ser patrón de la Corona de Aragón y de Portugal. En esa época el patronato de Santiago comenzó a ser incómodo por su asociación con Castilla, la gran potencia de la Península.

En 1096, en Alcoraz, cerca de Huesca, las huestes del rey Sancho Ramírez de Aragón asediaban la ciudad. Tras recibir ayuda desde Zaragoza, los asediados consiguen matar al rey, pero pierden la batalla de Alcoraz, según la tradición, gracias a la aparición de San Jorge. Posteriormente el rey Pedro I de Aragón conquista Huesca tras invocar la ayuda del santo.

Sobre todo a partir del siglo XIII surgen numerosas leyendas y apariciones en el reino. Así Jaime I el Conquistador cuenta que en la conquista de Valencia apareció el santo: «Se apareció san Jorge con muchos caballeros del paraíso, que ayudaron a vencer en la batalla, en la que no murió cristiano alguno». Más tarde, el rey Jaime cuenta de la conquista de Mallorca que «según le contaron los sarracenos, éstos vieron entrar primero a caballo a un caballero blanco con armas blancas», que él identifica con san Jorge.

El patrocinio de san Jorge sobre los reyes de Aragón y, por extensión, sobre toda la Corona de Aragón se reconoce oficialmente en el siglo XV con la creación de una festividad. La cruz de san Jorge aparece en el escudo de Aragón, entre las cuatro cabezas de moro.

 

En resumen, san Jorge es o fue santo patrono y protector de diversos países, regiones y ciudades: la Corona de Aragón, Inglaterra, Portugal, Georgia, Lituania, Génova, Reggio di Calabria, Moscú, etc.

Es uno de los santos caballeros, protector durante la Edad Media de este estamento. En Rusia se empleó como principal emblema de sus ejércitos. En Inglaterra y Provenza se usaba su nombre como grito de guerra.

Varias órdenes militares portan su nombre o sus símbolos: la Orden de la Jarretera, la Orden Teutónica, la Orden de Calatrava, la Sacra Orden Constantiniano, la Orden de San Jorge de Alfama, entre otras.

También es patrono de diversas otras profesiones y actividades: agricultores, soldados, arqueros, prisioneros, herreros, gentes del circo, escultistas (Boy Scout), montañeros, etc.

Imagen de San Jorge en Casa Botines de León. Antonio Gaudí.

13. San Jorge: historia y leyenda

13. San Jorge: historia y leyenda

Aunque se ha escrito mucho acerca de este santo, no podía faltar alguna mención al patrón de los hombres de Alfama.

Hay  parte de leyenda y parte histórica. Parece ser que Jorge fue un soldado romano de Capadocia (en la actual Turquía), mártir y más tarde santo cristiano. Habría vivido hacia el 275/280 - 23 de abril de 303). En el 303, Diocleciano emitió un edicto autorizando la persecución sistemática de los cristianos a lo largo y ancho del imperio. Su césar Galerio fue el responsable de la decisión y continuaría la persecución durante su propio reinado (del 305 al 311).

Parece ser que san Jorge recibió órdenes de participar en la persecución, pero que prefirió dar a conocer su condición de cristiano y criticar la decisión del emperador. Un airado Diocleciano reaccionó ordenando la tortura y ejecución del traidor.

Tras diversas torturas, Jorge fue decapitado frente a las murallas de Nicomedia el 23 de abril del 303. Los testigos de sus sufrimientos convencieron a la emperatriz Alejandra y a una anónima sacerdotisa pagana a pasarse al cristianismo, que pasarían a unirse a san Jorge en el martirio. Su cuerpo fue devuelto a Lydda para ser enterrado.

Su veneración como mártir comenzó relativamente pronto. Se tienen noticias a través de relatos de peregrinos de una iglesia construida en Diospolis (la antigua Lydda) en su honor durante el reinado de Constantino I, que se convirtió en el centro del culto oriental a san Jorge.

Durante el siglo IV la veneración al santo se extendió desde Palestina al resto del Imperio Romano de Oriente. En el siglo V su popularidad llegó a la parte occidental del imperio.

En el siglo IX aparece otra popular historia: san Jorge a caballo como vencedor de un dragón. Esta historia, que es parte de la La leyenda dorada, también es conocida como «San Jorge y el dragón», y es el probable origen de todos los cuentos de hadas sobre princesas y dragones en Occidente. Aunque se asemeja a mitos paganos, Una antigua interpretación cristiana del mito: san Jorge sería el creyente, el caballo blanco la iglesia y el dragón representaría el paganismo, la idolatría, la tentación y Satanás. Finalmente, el origen podría estar en una manifestación alternativa de san Miguel, arcángel que está al frente de las huestes celestiales.

La imagen pertenece a la cripta de san Jorge en la basílica cruzada -ésta fue destruida y reconstruida varias veces-.

12. Período de asentamiento: 1201-1317. (Parte II: Campañas militares)

12. Período de asentamiento: 1201-1317. (Parte II: Campañas militares)

Es de suponer que los miembros de San Jorge de Alfama participaron en las empresas militares de Mallorca y Valencia, por las donaciones que la Orden recibió en ambos reinos tras la reconquista.

En Mallorca, la Orden en 1232, tras el reparto, disfrutó de dos alquerías, la de Alfauvach, que pasó a llamarse Sant Jordi, y Dalmón. Las conservaron durante muchos años, aunque desde Alfonso III se les exigió a cambio un caballo armado para la defensa. Otra alquería concedida a mitad de siglo fue la de Valldemossa,  de la que perdieron todo derecho llegado el 1300.

Tras la conquista de Menorca en 1287, Alfonso III para repoblarla, entregó a la Orden una alquería denominada Rafalborbran, en Toraixa, con la obligación de que algunos freires residieran en el castillo del puerto de Mahón.

Por el Llibre del Repartiment del regne de València, sabemos que la Orden de San Jorge recibió en Valencia una casa en el barrio de Daroca en 1233, y más casas y huertos en el raval de Abinmoerez en 1238.

En 1233 la conquista de Burriana, en la que probablemente participaron les supuso una importante alquería, por su extensión y rentas, la de Carabona. Allí la Orden poseyó la jurisdicción civil y criminal, excepto la pena de muerte y mutilaciones de miembros. Años más tarde, en 1303, quisieron aumentar el patrimonio con la alquería de Beniquite. Ambas fueron causa de pleitos con los bailes y oficiales de la zona, pero finalmente fueron declaradas francas e inmunes por Jaume II.

De estos bienes que adquirió la Orden en su primer siglo de existencia se derivó la descentralización de la misma, cuando, junto al comendador mayor, que era Pere Guasc, máxime representante de la Milicia, se pusieron al frente de las propiedades valencianas e insulares otros comendadores.

 

11. Período de asentamiento: 1201-1317. (Parte I: Construcción del hospital)

11. Período de asentamiento: 1201-1317. (Parte I: Construcción del hospital)

Durante los treinta primeros años de la Orden, cuando ésta todavía no disponía de rentas y beneficios territoriales, los freires no contaron con más recursos que los procedentes de las limosnas y los que les proporcionaban las gentes que les dejaban legados en sus testamentos.

Tres fueron las actividades a que se dedicaron los miembros de la Orden durante el primer período de su historia. Primeramente la construcción de la casa-hospital que debería albergarlos. En segundo lugar la colecta de limosnas que haría posible su supervivencia. Y finalmente, la ayuda militar que los primeros comendadores empezaron a prestar al reino en las empresas reconquistadoras del siglo XIII.

Según un inventario de 1576, el convento era de planta cuadrada, de unos 20 metros de lado, y sus paredes exteriores se alzaban a una altura de 12 metros aproximadamente. Entre ellas sobresalía una torre de homenaje 4 metros más alta, como atalaya para vigilar la costa. El recinto (compásere con el plano del castillo de Montesa) constaba de un patio y un claustro, con el dormitorio de freires a un lado de éste y la iglesia al otro, con 13 metros de largo por 6’30 de ancho. Y otras dependencias como la sala capitular, cocina, refectorio, etc. En pocos años, al menos la zona de residencia, debió estar ya en funcionamiento. El actual paraje se denomina “plana de sant Jordi”.

La repoblación de la zona que tanto interesaba a los monarcas desde Pedro II, parece ser que no  tuvo éxito, pues no quedan indicios de ningún poblado, más bien sólo alguna vivienda del personal al servicio del castillo.

La Orden rápidamente haría uso de la concesión de colectar limosnas, ya que realmente estaba necesitada de esos recursos. Un documento informa que los cuestores se presentaban en las poblaciones, enarbolando una bandera con el distintivo de San Jorge, y en la plaza o en otro lugar asignado congregaban a los fieles, a los que exponían los milagros del santo y las indulgencias concedidas por los papas a los benefactores de la Orden, procediendo acto seguido a la colecta de limosnas. A veces esta tarea no fue fácil, siendo denunciados al monarca tanto faltas de los colectores, no siempre ciertas,  como quejas contra los oficiales que les exigían tributos contra el privilegio.

Pedro II, a causa de su deficiente política económica, únicamente pudo efectuar una donación territorial a la Orden de San Jorge. Fue cuatro años después de fundar la Milicia, en mayo de 1205, cuando le concedió la villa de Bujaraloz en el reino de Aragón, con la condición de que los freires poblasen y mejorasen el lugar, y un presbítero rogase por él cada día. Bujaraloz, que incluía una viña en Pina, fue la primera propiedad territorial importante que recibió la Orden, al frente de la cual colocó un comendador. Pero sólo gozó de su propiedad veinticuatro años.

Los gastos que la Orden tuvo que afrontar para la construcción del hospital de Alfama debieron ser muy elevados. Las tierras áridas precisaron de algún tiempo para ser productivas y obtener de ellas lo necesario para el sustento de los freires. La Orden, durante los primeros años de existencia tuvo que pedir prestado dinero y trigo, y las deudas fueron aumentando con el tiempo. En 1229, la Orden tuvo que saldarlas, y decidieron que lo más útil sería vender Bujaraloz. La compró la priora del monasterio hospitalario de Sigena, donde yacían los restos de Pedro II.

Pocos años después de la fundación, la Orden recibió unas posesiones concedidas por Guillem de Cardona en Alcarrás, a 8 km de Lérida. Esta pequeña encomienda le proporcionó modestas rentas hasta que la perdió hacia el final de su existencia.

Imagen: restos del castillo de l'Ametlla de Mar. 

10. Más detalles acerca de los sanjorgistas

10. Más detalles acerca de los sanjorgistas

La Orden a lo largo de su historia contó con dos prioratos: Alfama  y Valencia. Éste constituido en 1365, comprendía los bienes que poseyó la Milicia en dicha ciudad y en Villarreal. Llegaron a ser encomiendas Bujaraloz, villa concedida por Pedro II en 1205 y vendida al monasterio de Sigena en 1229; las propiedades de Valencia antes de llegar a ser priorato; y la de Riquer en 1336,  tras la concesión efectuada por Montserrat de Riquer de la iglesia y el castillo.

Denominados como freires, la Orden estaba compuesta por clérigos y laicos. La ratificación de la Orden de 1373 menciona un "hábito blanco con cruz roja a la altura del pecho": el distintivo propio de los Sanjordistas debió ser esa cruz -recogida por Montesa tras la unión-, quizás inicialmente sobre la ropa, y que con el tiempo se especificase más una indumentaria concreta. Tras la aprobación de la santa sede, en diciembre de 1373, Pedro el Ceremonioso promovió la Milicia de Alfama a Orden de caballería, en un acto en que impuso el cíngulo militar al maestrre.

Los procuradores normalmente eran elegidos para un determinado asunto, y su cargo estaba ligado a tal fin. Pero, a partir de 1343 se nombraron procuradores generales, con una amplia misión para representar a la Orden en toda gestión administrativa. Algunos fueron freires pero también hay ciudadanos -letrados o notarios-.

La Orden nació prácticamente sin recursos, dada la situación política, por ello, en mayo de 1215, concedió el monarca la facultad de colectar limosnas en todos los lugares reales desde el Cinca hasta Salses. El superior efectuaba la elección de estos colectores a través de un documento que  el colector podía mostrar si le era solicitado.

La Orden de San Jorge de Alfama, como las demás fue gobernada, no sólo por su superior, sino en asamblea llamada Capítulo: en ella que debían concurrir los dirigentes de las diversas posesiones y miembros más destacados para la toma de decisiones importantes. Así la elección de procuradores, la venta de propiedades, etc. o el nombramiento de cargos importantes de la Milicia.

Imagen: Nuestra Señora de Gracia y los Grandes Maestres de Montesa, lienzo [tabla] de Antonio Peris (c. 1400-1423). Museo del Prado (Madrid).

9. Superiores de la Orden de San Jorge

Durante los primeros años de la Milicia no había una jerarquía establecida. Así su primer superior, Joan d'Almenara, era cuestor de limosnas, tarea a la que se dedicarían también los demás del convento, sin crear diferencias. A su muerte, le sucedieron dos priores, con cierta autoridad espiritual y civil. En este período sus miembros son citados como "fratres domus hospitalis de Alfama" o "fratres domus Sancti Georgii". Tras la reconquista de Valencia y la incorporación de propiedades en este reino, empezaron a perfilarse las categorías, apareciendo ya la figura del "comendador", que residía en Alfama, presidiendo la Milicia. Aproximadamente en 1313, con un patrimonio más o menos importante, la estructura de la Orden se amplía: se designa comendador mayor al máximo dirigente, para distinguirlo de otros que pusieron al frente de propiedades incorporadas fuera del territorio de Alfama. El 20 de diciembre de 1355 los freires decidieron cambiar la denominación de comendador mayor por la de maestre, y es entonces que se puede hablar de maestrazgo de San Jorge. Siendo en total dieciséis la lista de dirigentes, y Humberto Sescorts, primer maestre, el que actuó durante un período más largo.

 

Joan d'Almenara    

Guillem Auger

Guillem de Cardona

Guerau de Prat

Arnau de Castellvell

Ramon de Guàrdia 

Bernat Gros  

Domingo de Beri

Pere Guasc

 

Jaume de Tàrrega

Pere Guasc

Guillem Vidal 

Humbert Sescorts

 

Guillem Castell

Cristóbal Gómez

Francesc Ripollés  

                Clasificación según Sáinz de la Maza:

1201-1213 questor elemosinarum

1225 prior

1229 prior

1233-1238 comendator

1244-1254 comendator

1286 comendator Maiorice

1288-1303 comendator

1306 comendator

1307-1312 comendator

1313-1316 comendator maior

1317-1327 comendator maior

1327-1331 comendator maior

1337-1339 comendator maior

1341-1355 comendator maior

1355-1365 magister

1365-1385 magister

1387-1394 magister

1394-1400 magister

 

La elección de superior la efectuaban los freires reunidos en Capítulo, excepto los tres últimos maestres designados por el rey de Aragón, dada la tendencia cada vez más acusada de los monarcas de intervenir en los nombramientos de las Órdenes con el fin de asegurarse su control. La Orden de San Jorge seguía, como las demás Órdenes tradicionales, un sistema de tipo feudal, en que los freires y cuantos estaban bajo la autoridad del dirigente, quedaban unidos a él por vínculos de vasallaje.

8. Orígenes y organización de la Orden de San Jorge de Alfama

Sólo disponemos de una veintena de noticias acerca de la Orden en el siglo XIII, la mayoría de las cuales consisten en privilegios o donaciones reales, siendo pocas las de índole particular.

En cambio, para el siglo XIV disponemos de buen número de documentos, aunque su contenido ofrece pocos detalles acerca de la estructura de la Milicia y la vida cotidiana de los freires.

Desde la desembocadura del Ebro hasta la población tarraconense de Cambrils, se extiende una amplia franja costera, cuyo carácter árido y desértico, aún hoy subsiste en parte. El desierto llamado de Alfama, comprendía la faja costera de 20 km de largo por unos 10 de ancho que se extendía desde la Ampolla hasta el Coll de Balaguer. La presencia sarracena en la zona tuvo su fin tras la reconquista de las comarcas de Lérida y Tortosa por el conde Ramon Berenguer IV, al filo de 1150. A la tarea repobladora se dedicó el conde reconquistador y sus sucesores, Alfonso el Casto y Pedro el Católico, y varias cartas de población concedidas en aquella mitad de siglo dan prueba de ello. El término de Tortosa se desintegró en señoríos, dado lo extenso de sus límites, que fueron concedidos a caballeros de las Órdenes del Temple y del Hospital.

Pero el territorio desértico de Alfama se encontraba sin dueño, propiciando el continuo ataque de las naves moras, con sus frecuentes incursiones. Alfama era además lugar de paso entre Tarragona y Tortosa, y no había refugio para el caminante que se sintiera enfermo o ante una inclemencia del tiempo.

Por todo esto, Pedro II, secundado por su madre doña Sancha, así como por Ramon de Montcada y otros nobles, fundó en aquel territorio una Orden que diera solución a la defensa y repoblación de la zona. Y pensó en ponerla bajo la advocación de San Jorge, dada la devoción que sentía por él y que había heredado de sus antepasados.

Así, el 2 de septiembre de 1201, en el acto de fundación de la nueva Orden, concedió al noble Joan d'Almenara y al subdiácono Martí Vidal el desierto de Alfama. De sus fines: la oración, la misericordia encaminada a dar cobijo a los caminantes, y el rechazo de los sarracenos o de quienes atacasen la zona, se desprende el doble carácter hospitalario-militar de la Orden. Al hospital, albergue, lo declara el monarca como casa de religión, con privilegios de franquicia.

En 1383 Pedro el Ceremonioso pidió al papa la confirmación de la Orden. Y es entonces cuando el pontífice les asignará de forma oficial la Regla de San Agustín a la manera como la practicaba la Orden del Hospital, aunque adaptada a las propias exigencias. Probablemente era la que ya seguían. Se resume ésta en la comunión de bienes, oración en horas establecidas, obedecer al superior y vestir limpia y modestamente.

7. Documentos y Bibliografía acerca de la Orden de San Jorge

Según Regina Sáinz de la Maza (1990), los documentos de Alfama tras la unión con Montesa en el año 1400, apenas ofrecen una veintena de noticias. El terremoto que en 1748 dañó el castillo de Montesa y que motivó el traslado al palacio del Temple de Valencia de su Archivo, así como las vicisitudes que éste padeció a lo largo del siglo XIX, debieron provocar la pérdida de muchos documentos. Los fondos que pudieron conservarse fueron trasladados al Archivo Histórico Nacional en 1896. También en el Archivo municipal de Tortosa y en el de la catedral de Valencia, hay pocas pero valiosas noticias. Se hallan numerosas referencias sobre Alfama en el Archivo de la Corona de Aragón, dispersas en la sección de Cancillería Real y Real Patrimonio.

La escasa bibliografía tiene como punto de partida la obra de Hipólito de Samper -historiador del s. XVII-, Montesa Ilustrada, donde traza un bosquejo de la Orden de San Jorge, aunque requiere alguna puntualización. José Villarroya, s. XVIII, confeccionó otra historia sobre el Real Maestrazgo de Montesa, en que también recoge alguna noticia de la Milicia catalana. En el s. XX, Fort i Cogul resumió en un breve trabajo lo dicho por los anteriores historiadores. Merece destacarse la aportación de Luisa d'Arienzo al ocuparse de los bienes Sanjorgistas en Cerdeña, y el trabajo de Eugenio Díaz Manteca acerca del Libro de Privilegios de la Orden de San Jorge de Alfama hallado en el Archivo del Reino de Valencia. Importante también es la aportación de Higini Anglès, que en un artículo acerca de la devoción a San Jorge en Cataluña, da a conocer algunos documentos de la Orden de Alfama.

La siguiente bibliografía ha sido recopilada con la ayuda de un buen amigo:

ANGLÈS. Higini, L’Ordre de Sant Jordi durant els segles XIII-XIV i la devoció dels reis d’Aragó al sant cavaller. Miscel.lània Fontserè. Barcelona: Gustavo Gili, 1961, pp. 41-64.

CONEJO DA PENA, Antoni. Assistència hospitalària i defensa del territori al Baix Ebre : la fortalesa-hospital de Sant Jordi d'Alfama i l'hospital del Perelló. Tortosa: Arxiu Comarcal de les Terres de l'Ebre: Consell Comarcal Baix Ebre, 2004. (Recerca; 8).

DÍAZ MANTECA, Eugeni. El Llibre de Privilegis de l’Orde de Sant Jordi d’Alfama, de l’Arxiu del Regne de València. Estudis Castellonencs, 3 (1986), pp. 95-154.

FIGUERES I FRASNEDO, Xavier. Notes històriques de l'Ametlla de Mar. L'Ametlla de Mar: l'Ajuntament, DL 1991. ISBN 84-606-0153-6.FORT i COGUL. Eufemià. Sant Jordi d’Alfama. L’Orde militar català. Barcelona: Rafael Dalmau, D.L. 1971. (Episodis de la Història;152).

FUENTE COBOS, Concepción de la. “La documentación sobre la encomienda hospitalaria de Calatayud en el Archivo Histórico Nación”. Encuentro de Estudios Bilbilitanos (6º. 2000). Calatayud, 2005, pp. 275-281.

JAVIERRE MUR, Aurea L. Privilegios reales de la Orden de Montesa en la Edad Media. Madrid, 1945.

LÓPEZ PÉREZ, María Dolores. La Corona de Aragón y el Magreb en el siglo XIV : 1331-1410. Barcelona: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Institución Milà y Fontanals, 1995. (Anuario de estudios medievales. Anejo; 31).

MAR, Carmen J. Bujaraloz. VIII centenario de su fundación y época de su pertenencia a la Orden de San Jorge de Alfama 1205-1230. Caspe: Centro de Estudios Comarcales del Bajo Aragón;  Zaragoza: Institución «Fernando el Católico», 2006. ISBN 84-7820-843-7.

MAS Y GIL, Luis. La Orden Militar de San Jorge de Alfama, sus Maestres y la Confradía de Mossen Sent Jordi. Hidalguia, 6 (1958), pp. 247-256.

PASTOR I LLUÍS, Frederic. “Castillo de San Jorge de Alfama”. La Zuda: Boletín del Orfeó Tortosí. Año II, Núm. 13. Tortosa, pp. 1-5.

SÁINZ DE LA MAZA LASOLI, Regina. L'Ordre català de Sant Jordi d'Alfama (1201-1400). Lérida: Pagès editors, 1991. (Els ordes militars; 2). ISBN 84-7935-030-X.

SÁINZ DE LA MAZA LASOLI, Regina, “Precedentes de la incorporación de la Orden de San Jorge de Alfama a la de Montesa en 1400. El Maestre Cristóbal Gómez (1387-1394)”. En: Primeres Jornades sobre els Ordes Religioses-Militars als Paísos Catalans (s. XII-XIX). Montblanc, 1985. Tarragona: Diputació de Tarragona, 1994, pp. 567-577.

SÁINZ DE LA MAZA LASOLI, Regina, La Orden de San Jorge de Alfama. Aproximación a su historia,. Barcelona: CSIC, 1990.

SAMPER, Fray Hipòlit de. Montesa Ilustrada, 2 vols. Valencia, 1669.

VILLARROYA. Josep, Real Maestrazgo de Montesa, 2 vols. Valencia, 1787.

6. Introducción a la Orden de San Jorge de Alfama

6. Introducción a la Orden de San Jorge de Alfama

           

    Situación de Alfama en mapa actual. 

Tal y como se vio en el último post, los orígenes de las pequeñas Órdenes Militares y sus gestas, no fueron tan relevantes, comparadas con sus predecesoras. Pero reflejan, a su modo, otra cara de ese prisma.

Para referir la historia de los sanjorgistas, seguiré fundamentalmente la obra de Regina Sáinz de La Maza Lasoli, La Orden de San Jorge de Alfama. Aproximación a su historia, (1990).

Una característica peculiar de esta Orden es que, de todas las surgidas en la Península Ibérica a lo largo de la Edad Media, sólo ésta tuvo su origen y desarrollo en Cataluña.

Los monarcas premiaron los servicios de otras Órdenes más importantes, que con el fin de defender a la cristiandad durante la Reconquista, se asentaron primero en lugares fronterizos y extendiéndose luego por el reino.

Pero la Orden de San Jorge nació con un objetivo más modesto. Esto es, la defensa contra los ataques sarracenos de una estrecha zona costera, el desierto de Alfama; y llevar a cabo su repoblación.

Diferencias también en el contingente humano, pues en el siglo XIII la defensa de una costa, peligrosa e inhóspita era tarea poco prestigiosa, cuando otras Milicias les daban la oportunidad de gloria militar, y de amplias inmunidades. Así, la Orden de San Jorge llevó, pasó prácticamente desapercibida durante un siglo. Fue Pedro el Ceremonioso, quien la elevó al rango de Orden de caballería. A partir de entonces se asemejó un poco más, en algunos aspectos, a las Órdenes tradicionales.

La historia de estos monjes-guerreros de Alfama,  puede dividirse en cuatro períodos. En el primero, de asentamiento, construyeron  la fortaleza-hospital. Siguieron unos años de consolidación, que llevaron a la creación del maestrazgo de la Orden. El período de mayor esplendor fue breve, debido a la crisis económica y relajación de sus miembros. Finalmente, se unió a la Orden de Montesa, en 1400.

Nota: frecuentemente se la ha confundido con otra Orden de caballería de San Jorge, creada por Pedro el Ceremonioso en 1353.

 

5. Origen de las pequeñas Órdenes

5. Origen de las pequeñas Órdenes

Desde los primeros años, apareció una división entre las casas de Jerusalén, con fines predominantemente militares, y los establecimientos de las órdenes en Europa, que tenían una finalidad económica: recaudar fondos para atender sus tareas militares. [Ver: 4. Ideales de las Órdenes Militares]

Desde comienzos del s. XII, templarios y hospitalarios se establecieron en España. Sus casas fueron centros económicos, no militares, y sus mejores hombres se encontraban en Jerusalén. Por ejemplo, Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y Navarra, les ofreció en su testamento (1134) la posibilidad de organizar y dirigir la guerra contra los musulmanes, al nombrar a ambas órdenes herederas del reino junto con la del Santo Sepulcro. Pero éstas, no mostraron el menor interés, y se limitaron a obtener compensaciones económicas por su renuncia al reino.

Para sustituirlas, y a imitación de dichas órdenes, surgieron en las zonas limítrofes con los musulmanes españoles numerosas cofradías de monjes-soldados, que siguieron o bien la regla de los templarios, o la de San Agustín.  En Aragón y Navarra predominaron las del Hospital y del Temple (Montesa posteriormente). En Castilla, León y Portugal, en cambio, colaboraron más con los monarcas en la reconquista.  

Se aristocratizaron a partir del s. XIII. Dueñas de ejércitos numerosos, disciplinados y permanentes, actuaron como árbitros de la política castellana. La monarquía y la nobleza, enfrentados durante los ss. XIV y XV, pretendieron el control de estas fuerzas económicas y militares. Finalmente, con la creación del Consejo de las órdenes (1495-1946) se incorporaron a la monarquía central de los Reyes Católicos.

Ilustración Caballeros cristianos y musulmanes, s. XIII, de la Crónica General de Alfonso X.

4. Ideales de las Órdenes Militares

4. Ideales de las Órdenes Militares

Varios elementos distinguían a los miembros de las órdenes militares: la vocación monástica, el ideal caballeresco, la imagen mítica de Tierra Santa como centro del mundo y lugar de peregrinación, la defensa de la cruzada y el espíritu piadoso-asistencial. La presencia conjunta de elementos de violencia, con el amor y la tolerancia, era característico de ideales de perfección cristiana.

Las órdenes perdieron su razón de ser con la caída de San Juan de Acre, último reducto cruzado, en 1291. Para adaptarse a la nueva situación, ampliaron su campo de acción, que pasó a ser: guerra contra los musulmanes de Jerusalén, guerra contra los musulmanes dondequiera que se hallasen (caso de España) y guerra contra herejes e infieles.

La Orden del Hospital fundada en 1048 en Jerusalén por mercaderes de Amalfi, era una simple cofradía piadosa encargada de un hospital de perregrinos. Bajo la advocación de san Juan el Limosnero y tutelada por los benedictinos, la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén admitió a partir de 1137 a caballeros, y fue adquiriendo su carácter militar, centrado en la defensa de Tierra Santa y en la protección a los peregrinos. Aunque recibieron importantes donaciones, nunca abandonaron su función asistencial, fundando hospitales en Francia e Italia, cerca de puertos de peregrinación. Tras la perdida de Palestina, los hospitalarios de San Juan justificaron su existencia instalándose en Chipre, Rodas y, finalmente, en Malta: indirectamente, al defender el Mediterráneo, cumplían los fines para los que fueron creados.

La Orden del Temple, fue fundada en 1119 por caballeros franceses, liderados por Hugo de Payens, como una cofradía asistencial. A los votos monásticos unió otro militar, centrado en la defensa de los peregrinos. Residían, según la leyenda, sobre el antiguo templo de Salomón en Jerusalén, de ahí el nombre de templarios o "milites Templi". Consiguieron importantes donaciones y un creciente poder. Al caer San Juan de Acre, la orden del Temple, privada de su principal función, entró en una profunda crisis. Su enorme riqueza, la enemistad del rey de Francia, la debilidad del Papado y el fracaso de fusión con la Orden del Hospital, desencadenaron la tragedia de 1037-1312. Acusado de todo tipo de delitos, el Temple sería disuelto, pasando sus propiedades a los monarcas o integrándose en otras órdenes militares.

Sin alcanzar la trascendencia de las órdenes del Temple o del Hospital, existieron agrupaciones similares en diversos países europeos.

En la Península Ibérica, y al calor de la lucha contra el Islam, surgieron también -aparte de cofradías militar-asistenciales- numerosas órdenes militares. En la Corona de Aragón tanto el Temple como el Hospital tuvieron presencia activa, fundándose en 1317 la llamada Orden de Montesa con los bienes incautados a los templarios.

En los reinos occidentales tuvieron más importancia las órdenes autóctonas. En Castilla, surgió en 1158 la Orden de Calatrava. En León surgieron las órdenes de Alcántara (1156), y de Santiago (1161).

3. Breve introducción a las Órdenes Militares

Antes de iniciar la explicación de la Orden de San Jorge de Alfama, expondré una breve aproximación a las Órdenes Militares. Si hay ocasión, otro día, profundizaré en el tema.

Según la Enciclopedia Larousse -ed. 1970- "Las órdenes militares fueron, en principio, una prolongación y una consecuencia de las cruzadas de fines del s.XI. Éstas se concebían como guerra y como peregrinación, pacífica cuando era posible, y armada en caso necesario." Otros opinan que el modelo institucional se encuentra en el monacato, y también en la cofradía hospitalaria, asociada con frecuencia al mundo de las peregrinaciones, y compatible con las actividades guerreras.

Como encontramos en Wikipedia, las Órdenes Militares cristianas aparecieron tras la Primera Cruzada. Los cruzados debían reconquistar Jerusalén y despejar el camino hacia los Santos Lugares, y para consolidar los logros de los combatientes surgieron las órdenes militares de los hospitalarios de San Juan de Jerusalén (orden de Malta) [c. 1050], de los hospitalarios del Temple, o Templarios (1119), y la Teutónica (c. 1187). Se trataba de organizaciones militares que protegían las colonias cristianas en Oriente Próximo, además de luchar contra no cristianos en España y en Europa Oriental. A imitación de aquéllas fueron naciendo otras.

Las órdenes históricamente existentes pueden reducirse a tres categorías: a) Grandes Órdenes Regulares; b) Órdenes Regulares Menores; c) Órdenes Seculares.

Grandes Órdenes Regulares        Las grandes Órdenes militares tuvieron su origen en las cruzadas, de las cuales retuvieron en su atuendo el distintivo común de toda orden de caballería: la cruz sobre el pecho.

  • Órdenes Militares: La más antigua de ellas, los Caballeros Templarios, sirvió de modelo para las demás. Tras apenas un siglo de existencia, dos restos quedaron: la Orden de Cristo en Portugal y la de Montesa en España. En el siglo doce se fundó la Orden portuguesa de Avis, y surgieron la de Calatrava en Castilla y la de Alcántara en León.
  • Órdenes Militares-Hospitalarias: a la vez militares y hospitalarias, la más famosa de las cuales fue la de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén (Caballeros de Malta) y la de los Caballeros Teutónicos. En la misma categoría, la Orden de Santiago que se extendió en Castilla, León y Portugal.

Órdenes Regulares Menores              Son diversas y poco conocidas, fundadas con objetivos muy concretos y finales poco gloriosos. Ejemplo es, en el s. XII, en Castilla, Orden de Montjoie, pronto fusionada con la Orden de Calatrava. O la de San Jorge de Alfama, en Aragón, aprobada por Urbano V en 1363, que se fusionó con la Orden de Montesa en 1399.

Acabo de descubrir un libro, para aquellos que busquen abundancia de datos históricos: Los monjes de la guerra: Historia de las Órdenes Militares, de Desmond Seward.

2. Por qué este tema para un blog...(II)

¿Por qué escoger, pues, para un blog, una Orden prácticamente relegada al olvido, ya que apenas sobresalió en su época? Y además, en el supuesto de que se descubriesen más datos acerca de su historia, ¿serían de especial interés?

Algunos autores afirman que, en nuestros días, se aprecia una mayor sensibilidad hacia la historia local, que no se dio en el pasado. Quizás por esto mismo, se escriben y publican obras como Orígenes de Bujaraloz, de Carmen Mar. Estudios que recuperan la memoria de personajes lejanos, acercándonoslos a nuestro presente. Obras que nos hablan de nuestros pueblos...  

Supongo que son muy variados los motivos que nos mueven a mirar libros, y otros documentos, para escrutar en ellos un no-sé-qué, relacionado de alguna manera con nosotros mismos. Así, en mi caso, leí hace unos años, por casualidad, un libro de Regina Sáinz de la Maza, L'Ordre català de Sant Jordi d'Alfama, debió ser. Bien por su manera de exponer los hechos, bien por el desarrollo penoso de los mismos, a menudo  recuerdo detalles de ese relato. Como si, lejos de poder extraer conclusiones de la Historia, para no cometer los mismos errores, tuviésemos aún, en realidad, que ir recogiendo datos para comprender un poco más, cada uno, su propia historia. Y no sólo la pasada...

Cierto que pocas personas se han interesado por esta pequeña Orden, y posiblemente con otras similares suceda lo mismo. Son escasos los vestigios, y el investigador se pregunta si merece la pena el trabajo de ir siguiéndoles la pista.

En este sentido, pueden participar activamente en este blog, meramente divulgativo, para informar de más fuentes, o incluso dar a conocer otras Órdenes. De esta manera puede resultar de mayor interés para todos. También se agradecerán opiniones, comentarios, sugerencias, etc. Gracias.

1. Por qué este tema para un blog...(I)

1. Por qué este tema para un blog...(I)

Para aquellos que no estén familiarizados con las Órdenes Militares, es probable que no hayan oído hablar de ésta. Y dentro de ese mundillo, se la conoce, sobre todo, porque al final de su trayectoria -año 1400- se unió a la Orden de Montesa, en aquél entonces más poderosa que la de San Jorge de Alfama.

Es lógico que la mayoría de publicaciones se hayan ocupado más de las grandes Órdenes, como son el Temple, el Hospital, etc., ya que fue mayor su repercusión en el ámbito político, económico, social... La popularidad de estos caballeros quedó reflejada en leyendas y relatos que han cautivado el interés y avivado la imaginación durante generaciones. Y en nuestros días, no habiéndose agotado el tema, sigue siendo objeto de estudio por parte de investigadores. Además de constituir una valiosa fuente de inspiración para la narrativa y la industria del cine.

Pero nuestros Sanjorgistas pasaron relativamente desapercibidos. Aunque consiguieron ir más allá de la misión para la cual se creó la Milicia. Quizás fue la única forma de sobrevivir... o de alargar tan sólo un final inminente.

De alguna manera, estas pequeñas Órdenes anónimas son como la sombra de las grandes. A través de su historia, podemos entrever, los motivos y vicisitudes que dirigieron sus actuaciones, a mayor o menor escala, determinando el desenlace.

He aquí, para ilustrar un poco el blog, un San Jorge y la Princesa, de Jaume Huguet (MNAC).